lunes, 30 de mayo de 2011

El San Vicente entra en una nueva era

Para Julio Ernesto Toro, director general del San Vicente Fundación (nombre con el que hoy se conoce al San Vicente de Paúl), hay tres momentos que marcan la historia de la institución médica con mayor trayectoria en la ciudad de Medellín.

El primero es la fundación, el segundo empieza a principios de los noventa con la aprobación de la ley 100, lo que marcó un cambio importante en la prestación de sus servicios. "La tercera etapa es la aparición del hospital de Rionegro", afirma.

Se espera que para finales de julio empiece a operar este centro médico que cuenta con 450 camas, 67.000 metros cuadrados construidos en un espacio de 17 hectáreas.

"Prácticamente es doblar el hospital. Nosotros creemos que cuando el hospital de Rionegro esté con la construcción completa y todo funcionando, equivaldrá a un 80 por ciento de lo que es el hospital de Medellín hoy", revela Guillermo Valencia, coordinador de la sede de Rionegro.

Julio Ernesto Toro afirma que este hospital marca un hito dentro de la historia de la fundación, próxima a cumplir los 100 años: "Este hospital es la expresión del deseo de consolidación de esta institución. Es la voz de la institución que dice: sí me voy a quedar en lo que estoy y sí le voy a prestar el servicio a la comunidad de manera amplia y generosa como siempre lo ha hecho".

El legado
El capítulo uno del "génesis" del San Vicente de Paúl cuenta que un grupo de patriarcas industriales antioqueños decidió, a principios del siglo XX, acondicionar un centro médico de vanguardia para reemplazar el Hospital San Juan de Dios, que se encontraba en condiciones deplorables.

Al frente de ese grupo estaba Alejandro Echavarría Isaza, uno de los personajes más influyentes en la economía antioqueña del siglo pasado.

Cuando su esposa estaba a punto de fallecer, Echavarría le hizo saber a sus hijos su amargura. Ni siquiera él, con todo su dinero y poder, podía contar con los servicios médicos para vencer la enfermedad de su esposa en un poblado aislado por las montañas.

Si él mismo se sentía impotente, dice la leyenda que fue el cálculo del patriarca industrial, ni qué pensar de los más pobres. "He resuelto fundar un hospital, pero un hospital grande, muy grande, que tenga siempre la capacidad suficiente para albergar a todo hijo de Antioquia y del resto del país que necesite de sus servicios", le dijo Echavarría a sus hijos según cuenta la historia fundacional.

98 años después, ese hospital "grande, muy grande", se quedó pequeño. Declarado patrimonio arquitectónico en 1996, las instalaciones del San Vicente, construido en los años 20, no se pueden alterar.

La sede de Rionegro, asegura Julio Ernesto Toro, contará con los espacios necesarios para desarrollar la medicina contemporánea. Además, sigue con la tendencia a invertir en ese polo de desarrollo en el que se ha convertido el Valle de San Nicolás.

"Para 2005, el oriente antioqueño tenía unos 650 mil habitantes, más la población flotante de Rionegro y no había una sola entidad de alta complejidad en la región", afirma Valencia.

Otra de las oportunidades en el mercado que identificaron, es un fenómeno similar al del " baby boom " estadounidense, en el que la mayor expectativa de vida representa servicios de salud de mayor complejidad. "El perfil epidemiológico en Colombia apunta a que cada vez hay mayor enfermedad compleja porque la población se está envejeciendo", señala Valencia.

La idea detrás de este "hospital de hospitales" es, precisamente, lograr un nivel de especialización superior al que ya se da en la sede Medellín.

"El Hospital San Vicente es un hospital general basado en la alta complejidad", afirma Valencia, "aquí (sede Medellín) acude toda la demanda del paciente urgente. Los programas que son electivos, que pueden ser programados, a veces se ven desplazados por la urgencia. En Rionegro vamos a tener un hospital más enfocado hacia lo electivo, a los pacientes que van en búsqueda de una tecnología específica de atención".

Un siglo más
Otra de las ventajas que quiere aprovechar el San Vicente en Rionegro es la cercanía con el aeropuerto. Según su director general, ya se han promocionado en el exterior intervenciones médicas para extranjeros.

Inicialmente, el centro médico hará énfasis en los problemas cardiovasculares, gastropatologías y trasplantes. En unos cuatro años, la segunda etapa del cronograma espera poner a punto los centros de neurociencia, cirugía reconstructiva, psiquiatría y trauma mayor.

Guillermo Valencia espera que la mayor especialización impulse tanto la docencia como la investigación, áreas en las que el San Vicente se ha probado con la mejor calificación a lo largo de estos casi 100 años de historia. "Los especialistas van a estar más enfocados en un servicio específico. Eso da una curva de aprendizaje más acelerada. Se reduce el campo de acción pero se incrementa la complejidad", complementa. 

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